La niña de los ojos violetas sacudió el libro con violencia, estrujandolo entre sus pequeños brazos, tirándolos al frio suelo de su cuarto. Había dejado de creer en los cuentos de hadas, en los castillos encantados y en felicidades eternas repletas de magia.
De nada le servía aquel cuento que encontró debajo de su cama en el que el hada luchaba contra dragones y brujas dejando atrás lujos y titulos de hojalata, y donde al final alcanzaba la libertad en aquel lejano castillo que siempre habia soñado conquistar.
Allí estaba la niña de ojos violetas, en un rincón de su habitación rodeada de castillos de papel que aun con tantas lagrimas, habia logrado hacer. Cerró los ojos y respiró hondo. Le dolian los dedos, se habia conrtado con el papel.
Volvió a su labor y vió algo que la sorprendió, el libro que habia estrujado estaba otra vez a su lado. Lo miró con rabia y lo cojió entre sus dedos nerviosos mientras toda ella temblaba.
La niña de los ojos violetas estampó el libro contra la pared. En el interior, el hada temblando murió sepultada bajo los cimientos de su castillo, el cual parecia haberse caido por arte de magia. Sangre rosa se distinguía entre las hojas del libro, ahora sin final, ahogado por la furia del destino.
Cada vez que alguien tiembla, susurro palabras de aliento como si un libro hubiese muerto y su alma estuviese perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
solo un sueño necesito para crear mi realidad